domingo, 10 de noviembre de 2013

EL DIVORCIO DE FIGARO


Centro Cultural de la Villa. Teatro Fernán Gómez
Presenta
 El divorcio de Fígaro

 Del 6 de noviembre al 1 de diciembre de 2013
Sala Dos
 Versión y dirección de Alfonso Lara

Un espectáculo que aborda, con una lectura abierta y llena de lucidez, la lucha del individuo frente a la sociedad. El divorcio de Fígaro retoma los personajes de Beaumarchais y, con un poco de serrín y sangre, una buena dosis de humor y un mucho de inteligencia los lanza a la vorágine de un mundo loco y cruel. Aquí se habla de revoluciones, emigrantes, envidias, amor,… Un texto visionario, de plena actualidad.


Sobre la presentación de la obra:

Alfonso Lara, acompañado por el resto de la compañía, ha presentado este espectáculo que gira en torno a tres temas de gran vigencia y actualidad: la revolución, la emigración y, como no, el amor.


Alfonso Lara, adaptador del texto y director del montaje, se mostró encantado de que el Fernán Gómez (un teatro público) les haya abierto las puertas y cedido su espacio. Culmina así un proceso de seis años, desde que leyó por primera vez “El divorcio de Fígaro” de Odon Von Horvath, un autor de referencia en Europa. Además tuvo la oportunidad de ver un montaje de esta obra en París con un gran aparataje escénico, muy diferente al suyo. El personaje de Fígaro es un arquetipo del pícaro que hoy podríamos definir de anarquista-humanista, nos revela mucho acerca de la cara tenebrosa de la sociedad.

En la actual representación trabajan siete actores, varios de ellos interpretan dos, y hasta tres personajes. Lara asegura que todos ellos defienden la obra con el corazón y que de algún modo se han dejado llevar y le han seguido. No es amigo de añadir cosas superfluas en la puesta en escena. Aparte de contar con un presupuesto ajustado, se ha marcado algunas pautas: la primera gran referencia es el circo (un espectáculo emigrante y mestizo que embellece la pobreza) y la segunda los años treinta (aunque permitiéndose ciertas licencias). Todo el escenario está articulado en torno al sillón de barbero de Fígaro, convertido cuando llega el caso en un auténtico trono de la revolución.

En esta obra quería el director imprimir un cierto componente de fantasía y de ahí la estética circense. Lara se confiesa devoto de la realidad pero no del realismo. También se ha dado el gusto de cerrar algunos cabos sueltos sobre el destino de algunos personajes y se permite explicar cosas que en la obra original se quedan un poco en el aire. Se emplean transiciones para poder contar varias tramas a la vez. Ha sido una gran labor de “corta y pega” y adaptación. Si se hubiera querido representar el texto íntegro la representación duraría más de cuatro horas.



Fotos y comentario:  © Javier León para Agolpedeefecto.

Publicado por Estrella Savirón, noviembre 2013. 

 
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