“El chico de la última fila” es una obra sobre maestros
y discípulos; sobre padres e hijos; sobre personas que ya han visto
demasiado y personas que están aprendiendo a mirar.
Una obra sobre el
placer de asomarse a las vidas ajenas y sobre los riesgos de confundir
vida y literatura. Una obra sobre los que eligen la última fila:
aquella desde la que se ve todas las demás.
En el Teatro Galileo de Madrid (C/Galileo, 39) Del 16 de octubre al 10 de noviembre de 2013.
Juan Mayorga, el autor, se muestra feliz e incluso
emocionado de que su obra se represente precisamente en el barrio donde él se
crió, ya que cuenta la historia de un niño que pasa a ser hombre, justo lo que
él mismo ha experimentado allí. “El chico de la última fila” está siendo una
obra de larga duración, no solo por la magnífica película realizada en Francia
sino también por las constantes representaciones en numerosos países. Desde su
estreno en octubre del 2006 se han llevado a cabo once montajes profesionales y
varios más que están actualmente en proyecto. Según su criterio no existe una
puesta en escena definitiva pero la que se está representando ahora en Madrid
le parece realmente excelente.
Es un texto tremendamente imaginativo que hará que el espectador
asocie imágenes ya que los seis actores convocan la complicidad del público. Además
valora mucho el trabajo que realizan codo con codo todos los miembros de la
compañía y la generosidad con que se escuchan unos a otros ofreciendo siempre
algo a los demás.
En opinión de Mayorga, la obra continúa interesando porque
trata sobre la escuela y la familia, siendo ambos un lugar de encuentros y
desencuentros, logrando que el espectador encadene su propia experiencia. La
imaginación es el nervio de la vida y el núcleo de “El chico de la última fila”
es la capacidad de imaginar la vida tanto dentro como alrededor, el impulso
creador de imaginar las vidas ajenas. Y muestra al mismo tiempo la formación de
un escritor.
También señala el autor la originalidad de este nuevo
montaje porque todos los actores están constantemente en escena turnándose en
la acción y ofreciendo un punto de vista al mismo tiempo que el público puede
tener el suyo. En algunos momentos se dan distintos planos de realidad e
imaginación a la vez, pero todo magistralmente hilvanado ya que la elocuencia
de los actores permite transformar el escenario en lo que sea.
Miguel Lago, intérprete del profesor, considera “El chico de
la última fila” como una obra maestra de la literatura contemporánea española
que incita al debate y que curiosamente debutó antes en Francia que en nuestro
país. Pese a las dificultades que atraviesa actualmente el teatro profesional,
se les abrió una puerta gracias a este texto
que engancha y dice tantas cosas. Lago espera que en el futuro sea
recordado como la obra maestra que sin duda es.
Oscar Nieto San José, el protagonista y nueva incorporación
a la compañía, reconoce que anteriormente solo tenía algunas nociones sobre su
personaje y que cuando tuvo la oportunidad de enfrentarse a él descubrió que
tenía su lado siniestro pero en realidad era como tantos otros. Esos que se
esconden en la última fila para no mostrarse pero que en realidad podrían ser y
son como cualquiera de nosotros.
Fotos y comentario: © Javier León para Agolpedeefecto.
Publicado por Estrella Savirón, octubre 2013.